El resultado es una comedia negra, salvaje e impredecible, con un devenir feroz y por momentos hilarante. Tras el encuentro en el que la Verdeamarelha derrotó al anfitrión con un marcador de 4-1, intercambió camisetas con Roberto Rosato y esa misma casaca fue subastada en la casa de Christie’s en Inglaterra: se vendió al triple de su precio previsto con una oferta final de 225.109 dólares estadounidenses, lo que la convirtió en la camiseta de fútbol más valiosa según Guinness World Record.