1936 su arquero Salvador Rojo fue premiado haciéndole dar la vuelta olímpica a la cancha del Parque Necaxa en la calzada de Obrero Mundial, a pesar de que el Cruz Azul había recibido una severa goliza de siete goles a cero por cuenta del Atlante. Poco a poco iban surgiendo jugadores que habrían de dar lustre al nombre y los colores del Cruz Azul, por ejemplo Guillermo Álvarez Macías, quien llegó a ocupar la presidencia de la compañía cementera que bajo su dirección adoptó la razón social de Cooperativa Cruz Azul.