No obstante, los brasileños, comandados por Garrincha y Zagallo, aunque menos arrolladores que en Suecia, camiseta senegal lograron clasificarse para los cuartos de final. La tercera edición del torneo también se vio deslucida debido a Mussolini, que antes de la final entre Italia y Hungría envió un telegrama a su selección amenazándolos de muerte. En esa instancia derrotaron a la selección inglesa por 3:1. En semifinales vencieron al local Chile 4:2 y en la gran final, el Scratch volvió a encontrarse con la selección de Checoslovaquia.