A pesar de ello, Piña comparte que los precios en patronaje sí están un poco más estandarizados, y que ellos parten de que el patrón de un vestido se realiza a partir de 180 o 200 euros. Unos 150 euros. «Al final, vendemos tiempo». La confección es un poco más difícil de medir, ya que «el mismo vestido en crepe de poliéster y en gasa de seda doble no tienen nada que ver: los tiempos se pueden duplicar o triplicar».